domingo, 8 de noviembre de 2015

Deberes y meriendas

Este año ya hemos empezado a tener deberes. Pocos, y sólo para el fin de semana, preludio del horror que será el año que viene el paso a primaria. Suelen ser fichas de lectoescritura, sumas sencillas y algo de lectura. Afortunadamente nos ha tocado un niño aplicado, que empezó a leer a los cuatro años casi sin que nadie le enseñara, y que disfruta ante el reto del papel en blanco... es hijo de periodistas vocacionales, va en su genética.

Una muestra de nuestros deberes semanales
Por supuesto, la tarea también se complementa con sesiones cibernéticas que las editoriales y algunas comunidades educativas habilitan en webs, Youtube, apps para tablet y smartphone... El canal de Letrilandia es un fijo en nuestro día a día, aquí y en el cole, por lo que nos cuentan las profes.

En cualquier caso, por muy motivado que vea a mi chico, cada vez que oigo a las mamás del cole comentar la mala vida que llevan en primaria me entran los sudores fríos: que si no tienen tiempo para jugar; que si les dan las 23 horas haciendo deberes y no duermen lo suficiente; que si los niños se desmoralizan cada vez que no llegan a terminar la faena y el profe les pone un negativo... Yo no digo que no tengan que reforzar conocimientos en casa, ¿pero por qué unos niños de seis, siete, ocho... años deben gastar su tiempo libre estudiando y trabajando? ¡Con esa edad lo que tienen que hacer es jugar!

La carga de libros y deberes que se les impone desde tan pequeños es, a mi entender, desmesurada. Si, al menos, nos diera sus frutos... pero no, seguimos siendo uno de los países de la OCDE con mayor fracaso escolar.

Por eso, creo que es vital dar todo nuestro apoyo a campañas como la creada por Eva Bailén, Por la racionalización de los deberes en el sistema educativo español, abanderada por un vídeo que se ha hecho viral y que ya ha sido visto por más de un millón de personas:


A través de la plataforma Change.org, Bailén ha puesto en marcha una recogida de firmas que aspira a alcanzar las 200.000 (en estos momentos tiene más de 175.000). Éstas van dirigidas al Ministerio de Educación y a los aspirantes a la Presidencia del Gobierno. Porque no olvidemos que en mes y medio volvemos a tener elecciones y promesas, muchas promesas que se pueden (o no) cumplir.

De su petición, me gustaría recoger algunos párrafos que, a mi entender, es importante no perderse:

"Un niño que dedica un tiempo excesivo a las tareas escolares (según la OCDE la media española es de 6,5 horas semanales en la ESO, pero hay niños que ya en primaria superan esa media)  puede llegar a presentar síntomas de ansiedad y necesitar asistencia psicológica".

"Los niños españoles dedican a la semana tres horas más a los deberes que los niños finlandeses, cuyos resultados académicos, de acuerdo con los informes PISA, son de los mejores del mundo"

"Son tareas que se realizan muchas veces mecánicamente y que difícilmente fomentan competencias, como alguna de las recogidas en el Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria:

4ª Competencia. Aprender a aprender. Haciendo tareas repetitivas a diario el estudiante no aprende a aprender, aprende en todo caso a mecanizar sus tareas.
5ª Competencia. Competencias sociales y cívicas. El tiempo de convivencia familiar, con otros niños en el parque o en otros espacios abiertos se reduce. Los niños pasan tardes y tardes encerrados en su habitación. No pueden desarrollar competencias sociales estando aislados.
6ª Competencia. Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. Los deberes pautados, repetitivos y abusivos no fomentan el espíritu emprendedor y la iniciativa. La iniciativa surge desde dentro de cada niño o niña, por el propio descubrimiento personal, y para eso es necesario tiempo libre e incluso tiempo de aburrimiento".

Como os podréis imaginar, yo ya he firmado. Espero que vosotros también os animéis, por el bien de la salud mental de nuestros enanos... ¡y de la nuestra!


MOMENTO MERIENDA
El mogollón de deberes también influye en el kit kat merendil de nuestros peques. Os pongo mi ejemplo. Los viernes, nada más llegar a casa, Dani se instala en su recién estrenado escritorio con su carpetilla abierta, buscando un lápiz en el estuche. Está tan motivado que me da coraje interrumpirle, así que por un día me salto la regla de "la merienda, en la mesa de la cocina" y le preparo algo que no sea un engorro para su quehacer, ni un error en materia de manchas. Un medio sandwich de pavo y queso y una de esas típicas bolsitas de yogur o fruta que tanto le gustan hacen la combinación perfecta.

De hecho, en los últimos días y gracias a la intermediación de Madresfera, Hero nos ha vuelto a mandar remesas de sus nuevos productos, que están sirviendo de 'gasolina' para el cerebro de nuestro mediano de la casa (Daniel dice que ya no es pequeñajo, pero tampoco le gusta que le llamemos grandullón). Se trata de Hero Nanos Petit con base de queso, dos variedades en envases de 80 gramos que se pueden tomar a partir de 12 meses. Sin aditivos, sin gluten y con un 25% de queso fresco y un 70% de fruta, se puede elegir entre la versión de fresa (puré de fresa, puré de manzana y zumo de uva a partir de concentrado) y la de multifrutas (puré de manzana y melocotón, zumo de naranja a partir de concentrado y purés de plátano y albaricoque).

Densos y cremosos, se convierten en meriendas o almuerzos fáciles de llevar y de comer sin (mucho) peligro de manchas, un aspecto que en momentos como éste son importantes. ¡Que no se nos ensucien los deberes! Es muy cómodo para el tentempié de la hora del recreo, tanto si te toca fruta como lácteos, y combinado con un zumo o unas galletas sabes que no se quedará con hambre.

Desde Hero nos piden que puntuemos del 1 al 5 estas nuevas bolsitas. Pues allá vamos:

- Sabores: Un 5 a los dos. A nuestro peque-mediano le han encantado, aunque tira más hacia lo clásico: la fresa de toda la vida.

- Textura: Le damos un 4. Están muy ricos, pero quizás demasiado densos.

- Aroma: Le damos un 2 pero no porque sea apestoso, sino porque no huele a casi nada.

- Variedades que triunfan: Como ya he dicho antes, Dani es más del rollo clásico de la fresa de toda la vida, aunque al multifrutas no le hace ascos. En cuanto al sabor que nos gustaría para el futuro, en esta casa somos muy de frutas tropicales, tipo mango, maracuyá... ingredientes exóticos que igual no casan con el queso fresco, pero por probar que no quede.

- Composición: Otro 2. Los porcentajes de fruta y lacteo están bien, pero desde mi punto de vista, tienen demasiado azúcar.

REFLEXIÓN FINAL
¿Y el año que viene? ¿Qué haremos con las meriendas tras pasar a primaria? No sé qué será de nosotros. Bueno, en realidad sí que lo sé: habrá un parón para merendar, y probablemente delante de la tele o del ordenador. Sí, crucificadme si queréis, pero yo recuerdo mis meriendas de infancia frente a Barrio Sésamo, o los Caballeros del Zodiaco, y aquí estoy: cuerda (más o menos), con una vida normal, un blog, dos hijos, mucho trabajo y casi nada de miopía ni hipermetropía.

Cuantos bocatas de chóped me habré comido frente a estos fornidos caballeros

La idea es que el pobre pueda hacer un 'break' real, no el que nos gustaría a nosotros que hiciera, para que luego coja los deberes con algo más de energía. Aunque si no tuviera que hacerlos sería mucho mejor, ¿no?

¿Qué opináis vosotras de la sobrecarga de trabajo a la que se enfrentan hoy en día nuestros muchachejos y muchachejas? ¿Es necesaria?

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